Júpiter en Cáncer





Júpiter entrará en Cáncer el 26 de junio 2013, permaneciendo en este signo hasta su entrada en Leo, en julio 2014.

Cáncer es un signo muy ligado a la fe, a la religión, pero entendiéndola en el sentido de religare, de volver a encontrarse con uno mismo, con el propio núcleo, de unificar la psique. Por otro lado Júpiter es sinónimo de expansión, exploración, grandeza, superar los límites, aventurarse. Podemos deducir que durante este tránsito podría manifestarse una necesidad, a nivel colectivo, de creer en algo que está más allá de los propios límites, en algo que se sale de la propia cotidianeidad, algo capaz de devolvernos el entusiasmo, las ganas de vivir, de seguir en la brecha.


Se manifestará la fe en un Míster Marshall susceptible de sacarnos del atolladero, de la rutina, del nihilismo, del tedio, de la falta d expectativas, del coso taurino en el que tenemos la sensación de que un morlaco de quinientos kilos –léase crisis- se nos echa encima inexorablemente, sin que podamos hacer nada por evitarlo.

Pero ese salvador no vendrá del mundo exterior sino que surgirá, triunfal, del Yo profundo. Júpiter en Cáncer aportará la fe y la confianza en que, desde otras dimensiones de nuestro ser, es posible modificar el diseño de la realidad en 3D. Todo ello se verá reforzado por el gran trígono de Agua que se va a formar entre Júpiter, Saturno y Neptuno, que tendrá su punto más álgido entre 18 y el 19 de julio. Neptuno es la super mente cósmica, la conexión con el multiverso, Júpiter el empoderamiento, Saturno consolidará ese tándem aportándole solidez y estructura.

Podríamos inferir que cobrará fuerza, porque tendremos pruebas palpables de ello, la hipótesis exobiológica. ¿Qué tipo de pruebas? Además de nuevos y más sorprendentes círculos de las cosechas –que son como un chat que mantenemos con civilizaciones del espacio- se producirán probablemente, y de forma ostentosa, curaciones atribuibles a los médicos del cielo. Hace tiempo que se están produciendo, lo estamos comprobando por ejemplo a través de la Alquimia Genética, pero con este tránsito jupiteriano tal vez gocen de una mayor divulgación y dejen de ser el patrimonio de grupos reducidos.

Júpiter es sinónimo de altruismo, bondad, generosidad, grandiosidad, magnificencia, multiplicación, magnanimidad, amplitud de miras, jovialidad, sentido del humor. De Cáncer Kabaleb decía que es el signo de los sentimientos puros, y que los nativos de este signo gozan de una disponibilidad amorosa que se expande por el mundo entero. Experimentaremos pues a nivel general un afán de pureza, hambre de transparencia, sed de conexión con lo primigenio, con las raíces, con el Adán Kadmón del que habla la Kábala. Es decir con la esencia más genuina, con las facultades y potenciales que dormitan a la espera de que los activemos. Me refiero a los potenciales de las doce hebras del ADN.

Al ser Cáncer un signo muy ligado a las raíces, a la búsqueda de la propia identidad, a la necesidad de crear un hogar, una familia, su activación podría provocar un recrudecimiento de los nacionalismos y separatismos, y de todos los “ismos”. Sin embargo, todo ello no deja de ser la manifestación exterior, desprovista de conciencia, de ese afán de reencontrar la identidad profunda. Es un paso previo que algunos necesitan dar, y hay que respetarlo, teniendo en cuenta que es eso, un paso, no un fin en sí mismo. De la misma forma que darse coscorrones contra los muebles es un paso casi obligado para el bebé que aprende a andar.

Si Júpiter nos lleva a explorar, a izar las velas hacia lo desconocido, no parece descabellado afirmar que su presencia en Cáncer (contando con el trígono neptuniano) nos impulsará a conectar con nuestra familia estelar, con todos esos yoes que pululan en dimensiones paralelas a la espera de que abramos las ventanas de la percepción.

En cuanto a los nativos de Cáncer, podrán palpar el triunfo de sus anhelos, la coronación de sus ambiciones y esperanzas. Siempre y cuando tengan anhelos, evidentemente.

El trígono con Saturno aportará un toque científico verificable a todas esas conexiones. La estela que dejará tras de sí ese gran Trígono podría ser la de una notable apertura de corazones y la certeza de que no estamos solos en el universo. Desde este prisma, es muy probable que la línea del “teléfono, mi casa” se sature, de tanta demanda, ampliándose el ancho de banda del canal celestial.

Soleika Llop

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial y magnífico, no sé porque me suena a que te vs a beneficiar Hermanaaaa, y a miii tambiénnn. Bravo!!!!
Milena

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