En los meandros de la creatividad

Éste es un ejercicio de Alquimia Genética (A.G.) en el que la persona explora (entre otras cosas) su potencial para dar amor a su niña interior, a su creatividad y espontaneidad. Conviene destacar su capacidad de interpretar todas las imágenes que surgen, en eso consiste precisamente uno de los mayores logros de la A.G. Otra cosa que me gustaría destacar es el hecho de que últimamente aparezcan en estos ejercicios, y con una frecuencia cada vez mayor, imágenes de platillos volantes, de entes exobiológicos.

En las últimas semanas, en el marco de las sesiones de A.G., he tenido ocasión de escuchar los relatos de varias personas que me han contado cosas muy parecidas, como por ejemplo: “Cuando tenía cinco años, abría mi ventana, miraba hacia las estrellas y gritaba: venid a buscaaaaaaaaarme, ¿a qué esperáis?. Puedes imaginar la reacción de mis padres, me llevaron al psicólogo, yo me sentía totalmente diferente de mi familia, de mi entorno, no encajaba con ninguno de ellos, oía voces, veía imágenes, soñaba con seres luminosos que me hablaban..”.

Hasta ahora he preferido guardar esas informaciones en mis archivos y evitar hacerlas públicas pero ante la multiplicación de casos semejantes, y después de haber conocido los trabajos de Dolores Cannon, los estoy “desclasificando”, como dicen ahora.

Todo ello abundaría en lo que comenta D. Cannon: se están manifestando y reuniendo las semillas estelares. Y a medida que van recordando quiénes son y conociendo otras personas con características similares, salen de su ensimismamiento, de la soledad en la que estaban atrincheradas y empiezan a florecer y a descubrir de qué son capaces. Ésta es otra de las funciones de la A.G. Éste es el ejercicio:

“ Escenario 1 y pueblo celular: estoy con el avatar y el guía en lo alto de una antena de telecomunicaciones. Es blanca y en lo alto es redonda, como un platillo volante. En lo alto, alrededor, hay una niebla espesa muy gris, no nos deja ver nada. El avatar me dice que es aún esa falta de confianza en mí y en mi intuición. Cogemos un ascensor que nos lleva hasta la base y llegamos a un paisaje de montaña, pero cuando llegamos somos diminutos, se ha reducido nuestro tamaño. La hierba mide 3 metros por lo menos, tenemos que ir apartándola. El avatar me dice que la realidad, el 3D, aún se me hace muy dura, me invade, no la vivo bien (en esa realidad esa personas aún no es del todo consciente de su grandeza).

Me tumbo en la hierba, ya me he cansado de luchar contra ella; entonces la hierba me levanta y me permite ver todo el paisaje. El avatar me dice "¿ves? si no luchas contra la realidad, sino que cocreas con ella, te asistirá en lo que necesites". (esa es una importante enseñanza) Ante mí veo a tres samuráis. Van vestidos de negro, con facciones occidentalizadas y sable en mano. Al hablarles como pueblo celular se convierten en tres alfombras rojas. El avatar me dice: “ ¿aún quieres seguir luchando?” y me señala a mi derecha una presencia luminosa. Es el ángel Lauviah. Me abraza largamente y siento todas mis células bañadas en luz. Me hago grande, grande, hasta que llego a coger lo alto de la antena. Cojo la forma esférica de arriba en las manos y me convierto en una hélice ascendente. El avatar me dice que estoy viajando en mi ADN sutil.

Al volver en forma descendente me encuentro andando por una carretera asfaltada rodeada de cientos de niños, vestidos de blanco, todos con una fiambrera en la mano con comida. Al hablarles como pueblo celular uno de ellos me dice "¿Por qué no te quedas con nosotros?" y me enseña que en sus fiambreras hay diamantes. Me emociono mucho, ¡qué sensación de amor!. El avatar me dice que son una parte de mí que he desestimado al tener la tendencia de poner la mente en lo que hago mal y recriminarme. Todos me abrazan. Tras el abrazo nos encontramos en un jardín hermosísimo.

Casa del jefe de la Capa: Nos encontramos ante un puente colgante, a nuestros pies un precipicio. El avatar me cuenta que siempre enfoco mi creatividad en terrenos inestables, peligrosos. Las tablas están deterioradas. Al otro lado está la casa y el jefe me espera. Llegamos. Es una casa de madera, con muchos colores, y completamente envuelta de flores pequeñas de colores. El jefe me abraza y me dice "tu creatividad te tiene que servir a ti y luego a los demás". La casa por dentro es cálida pero no hay mucha luz. El avatar me explica que siempre he buscado mi creatividad de una forma que me ha puesto en peligro interiormente, porque no me ha llevado a mi auténtico camino; aparentemente de una forma muy bonita pero que no es la mía. Al pronunciar el nombre de la capa ha aparecido una casa de tres plantas de cristal. Al entrar todas las paredes están envueltas de hologramas con sillones. Me dicen que son zonas de descanso. Al sentarme en uno de ellos siento como me cambia la vibración. Hay un sillón para preparar la energía para comer, otro para dormir, otro para estudiar, etc..

Me traslado cuánticamente al momento en que mejor utilicé los potenciales de esa área y veo una mujer rubia, vestida de blanco, guapísima. Me tumba sobre una camilla y empieza a emitir luz a través de sus dedos. Me dice que es una cirujana psíquica, se dedica a poner en orden los órganos internos. Dice que le han enseñado unos seres de luz; estos seres van a comunicarse con el mundo medicinal para transmitir que el cuerpo es un sistema inteligente que es capaz de repararse a sí mismo y orquestarse de manera adecuada. Ella se dedica con la luz de sus dedos a dar esta información.

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